lunes, 11 de abril de 2011

El amor en los tiempos del facebook



Para nadie es un misterio que las relaciones personales han cambiado. Nuestros abuelos se flecharon y conquistaron a través de cartas escritas a puño y letra o a lo mucho mecanografiados (al estilo del “amor en los tiempos del cólera” de Gabo), nuestros padres fueron flechados por Cupido y ahora para nosotros el que tira la flecha ya no es el enano alado regordete sino somos flechados por Zuckerberg (quien no es mucho más alto).

“La red social” es el sitio donde confluyen todas nuestras relaciones, angustias, miedos, alegrías, tristezas, frustraciones, amores, odios, posiciones políticas, diatribas espirituales, amores angustiados, rencores olvidados y frustraciones endémicas. Nadie se puede considerar 100% amigo de alguien si al menos no le ha dejado un “me gusta” en su muro o ha comentado alguna de sus fotos de farra.

Los seres solitarios, las almas silentes como las mías que no tenemos dos o tres amigos, inflamos el pecho al tener 120 “amigos” en nuestro perfil. Rastreamos a quien queremos o a quien se nos ocurra para entrar por una ventanita a ver como sigue su vida o “con quién está”, vemos fotos, comentarios, perfiles, amigos de los amigos, en qué estado sentimental se encuentra y sentimos que lo hacemos de la forma más indetectable posible. Somos espías encubiertos que nos metemos en la vida ajena sin que nadie se dé cuenta… claro excepto Zuckerberg.

Expresamos nuestros odios, nuestras depresiones, nuestros enojos en el “muro” de los lamentos de nuestro “personal” espacio, con la idea de expresarnos para nosotros mismos, disfrazando de esta manera nuestra verdadera intención de que el mundo se entere como estamos, de contagiarles nuestra depresión, de provocar adhesión a nuestro enojo o alardear nuestra felicidad, en el fondo desnudamos la extrema necesidad humana de no estar solos en nuestros estados de ánimo y sentirnos de alguna manera acompañados.

En estos tiempos ya no se termina con la novia sino se cumple el paso previo de “bloquear”, “borrar” o, si el rompimiento es en los peores términos, “denunciar abuso”, sí, queremos denunciar el “abuso del alma”, la violación del corazón y al no tener a quien recurrir, aunque sea nos conformamos con quejarnos con el todopoderoso Zuckerberg.

Luego volvemos como perro con el rabo entre las piernas a buscar con quien anda la “maldita” o el “desgraciado” y nos llenamos de coraje con sus nuevas fotos de parranda o de fiesta y con la concebida frase o pensamiento “.. claro desgraciado (a) yo aquí sufriendo y él (ella) gozando” y de repente se convierte en una competencia de quien sube más fotos o videos en parranda, abrazado, mostrando la botella (siempre me he preguntado sí las empresas de bebidas alcohólicas pagan por la promoción de salir en cada foto mostrando la botella o el vaso), dejando en claro que nuestra vida siguió y que no seguiremos llorando por el infausto (a), a pesar que lo único que queremos es que vea las fotos.



También existen los “nuevos suicidios”, aquellos que después de una ruptura, bronca o mandada al diablo, se despiden solemnemente de sus contactos y anuncian que se van del facebook, del twitter, del Myspace y siendo extremos hasta del Messenger y siempre que se “note” que lo hacen de coraje, resentimiento o para “alejarse” y su ira desemboca en que… al siguiente día están comentando las nuevas fotos.

En fin, La “red social” está aquí para quedarse y el amor se dibuja en sus aplicaciones y se define en sus muros. En estricta justicia, nuestro omnipresente y cada día más omnipotente Zuckerberg (sólo competido con los google boys) debería apadrinar cada matrimonio surgido en sus servidores, al menos para compensar los múltiples millones que ha ganado y de la información casi registral que le hemos entregado voluntariamente en nombre de las “relaciones sociales”.

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2 comentarios:

  1. Muy bueno y totalmente cierto, la verdad es que el facebook es como nuestro periodico personal que todos tus amigos pueden leer, alli esta la gracia, el poder expresarte publicandolo en tu muro jajaja el chismorreo a tansolo un click de distancia.

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  2. Ricardo Zambrano A.11 de abril de 2011, 18:53

    Es verdad, en la actualidad los mass-media se han convertido en una forma de vida, nos han creado una burbuja social enorme. Las personas prefieren una relacion por medio de un computador auna relacion personal, lo cual nos lleva a reflexionar si la tecnologia cumple con el objetivo designado?

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