lunes, 7 de febrero de 2011

Breston y Nancy


Esta es una historia real. Él se llama Breston, ella Nancy. Breston nació en New York, sus padres azuayos emigraron a EEUU por la frontera y con documentación adulterada, buscando lo que, en su entorno, parecía su única posibilidad, un futuro mejor en el exterior. Nunca han podido volver, nunca han vuelto a ver a su patria, su “estatus legal” no los dejan.

Breston Pulla Chiviluiza (nombres y apellidos cambiados) a diferencia de sus hermanos, nació allá y tiene nacionalidad estadounidense, su “estatus” legal le permite poder entrar y salir de EEUU libremente.  Sus padres le pusieron nombres estadounidenses para de alguna manera contribuir a su inclusión en la sociedad.

 Breston no habla español, a pesar que sus padres no hablan a la perfección el inglés. Breston creció en un entorno que no le permitió aprender el idioma de sus padres. Con ellos trata de comunicarse aunque a veces le resulta muy complicado.  Su piel es canela, y sus rasgos físicos son típicos latinos y más aún, típicos ecuatorianos. Ama Mc Donalds, Burger Kings, Starbucks, su frase favorita es “oh my god”, va al high school y, a diferencia, de sus padres, quiere llegar a la universidad.

Breston, hace poco, vino a Ecuador, a conocer a su familia y a conocer un poco al país de sus padres. Se le hizo muy difícil al principio por el idioma, se comunicaba básicamente con los familiares que sabían inglés (por también haber emigrado o unos cuantos por aprenderlo en la universidad). Breston se acomodó como pudo, conoció algunos parajes de nuestro país, pero… Breston no es ecuatoriano, su cultura es otra, su crianza y su pensamiento son distintos, siempre se preguntaba cuál de sus dos familias (la materna o la paterna) tienen más dinero, no le gusta la aventura ni caminar, ama las hamburguesas.

Pero Breston… tampoco es estadounidense. Su color de piel, sus rasgos físicos lo delatan, su identidad tampoco es la de un anglosajón, a pesar que su pasaporte diga lo contrario. Quiere llegar a ser un profesional en EEUU y en su imaginario no está Ecuador, al igual que en el de sus padres…



Ella se llama Nancy, emigró a España como tantos miles hace 7 años, con la idea de desarrollar un futuro mejor.  Hace poco volvió a ver “cómo estaban las cosas” y ya se quiere ir nuevamente, se queja de la situación ecuatoriana: “sí…  las cosas acá no van bien, está mal la situación” “acá no hay futuro”.

Ha adoptado muchos modismos, el acento, y la forma de ser y de pensar de los europeos, ..”se dice eso está muy guay..”, “esto es una pasada”, “la madre que lo parió”, “eso no pasa allá”, “eso también hay allá”, “allá se dice así”,  usa las botas europeas y está convencida (antes de viajar de regreso creo yo) que la situación en Ecuador no es buena y que, por ende, el único futuro posible es en España (a pesar de las noticias de desempleo y problemas sociales).

En Ecuador se desespera si le llega a faltar los recursos, porque “allá no pasaba yo éstas cosas”, de a poco ya no se siente ecuatoriana, los problemas de su país no le causan ninguna relevancia, su mayor atención son a las noticias de España, ha aprendido a asimilar el proceso español como suyo. Se preocupa por el ataque a Zapatero y el avance de Rajoy.

Su visión de futuro está ligado a la península ibérica irremediablemente y no concibe ningún otro por que en su país “no hay oportunidades”.

Estos son dos casos de millones que se han dado en nuestro país en los últimos 20 años, lo más peligroso y doloroso de la migración no es sólo que se hayan ido, que hayan sido desterrados de su propia patria, ni siquiera es la separación familiar, lo más peligroso es el “aculturamiento” del que han sido producto (no por su propia iniciativa; en muchos casos por el entorno, en otros por necesidad de adaptarse al medio), donde de a poco dejan su idioma, su esencia, sus costumbres, su comida, su familia, sus parajes y adoptan otros que tampoco les pertenecen pero que los hacen suyos a la fuerza.

De igual manera, el miedo inculcado a su país, a su territorio, el haber asumido la cultura “del primer mundo”, lo que les hace impensable que sea viable un futuro correcto en un “país de tercer mundo” como el nuestro. El temor a la pobreza les embarga y preferirán seguir trabajando en lo que sea …. pero “allá”.

De dónde es Breston (culturalmente) ¿ecuatoriano?, ¿estadounidense?, cuál es su patria?, cuál es su himno y su bandera?, ¿cuál es su idioma?. Creo que aún no lo sabe y a medida que crezca tendrá que forjarse su identidad por arranche para no ser un ápatrida.

Nancy sólo ve futuro en España. No puedo hacerlo en Ecuador?, qué oportunidades son diferentes en España que acá?, cuál será su himno? Cuál será su bandera?. Lo ha perdido y lo está perdiendo, no hay marcha atrás, es un camino irreversible, está perdiendo su identidad, está dejando de ser ecuatoriana.

Ésta es la asignatura pendiente, el problema de la migración ha tenido mil enfoques, social, económico, familiar, etc. Pero nunca hemos medido que no sólo hemos perdido amigos, familiares, estamos perdiendo compatriotas, estamos perdiendo ecuatorianos.

Mientras tanto Breston seguirá con su Mac chesse en Times Square y Nancy de compras en el Corte Inglés.

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