lunes, 11 de abril de 2011

Diatriba contra el fútbol



Odio el fútbol. Me enoja el degradante espectáculo de 22 hombres sudorosos corriendo atrás de un balón para meterlo en un espacio de ese rectángulo llamado “cancha”. Odio ese espectáculo de “hombres” que después de cada gol se llena de escenas gays, besos, abrazos, agarradas de nalga, coreografías, etc.

Tengo pena por el espectáculo taciturno de hombres abrazándose, besándose, arrodillados, llorando porque su equipo hizo un gol en el último minuto o el gol del campeonato. Sí, odio el fútbol porque me recuerda lo patético que soy al dibujar cada una de las escenas descritas en estos párrafos, odio el fútbol porque soy su hincha, su admirador y su fiel seguidor.

Para muchos el fútbol es un espectáculo “bárbaro” y lo es. La simplicidad, rusticidad del mecanismo del “juego” genera su falta de razón, pero el fútbol es eso, un espectáculo irracional hecho para racionales.

El fútbol me ha regalado momentos de alegría, de histeria, de enojo, de frustración, de tristeza, de coraje, de valentía. Por el fútbol he cantado a todo pulmón con mi voz de operado, por el fútbol he saltado, me he abrazado con desconocidos, me he convertido en analista profundo y en comentarista de techo.

Por el fútbol he estado horas sentado frente a un televisor, he viajado muchos kilómetros, he aguantado frío, calor, lluvia, sol, por ese espectáculo medieval de la pelotita y he hecho muchas cosas.

El fútbol es una expresión de la sociedad, es el deporte que expresa, desde sus orígenes, la rebelión de las clases desvalidas, de los inopulentos, de los lumpe, expresa las costumbres, cultura, alegría, sensaciones de cada sociedad. “Se juega como se vive” como dice Benedetti y por eso mi amor, a la gambeta, a la filigrana, al toque y a la poesía.

Odio el fútbol porque es el “circo” que tiene el pueblo a falta de su “pan”, el que ha aliviado momentáneamente mis penas y el que hace lo que en la vida normal es impensable.. la victoria del chico sobre el grande, es el alivio de nuestras culpas y la salida momentánea de nuestras frustraciones.

El fútbol es una de mis pasiones después de mi familia y a la par de la lectura y de viajar.

El fútbol es de los enfermos, locos, obsesivos, patéticos y lastimeros y gracias a Dios lo soy. El fútbol es de locos y soy uno de esos.

Odio el fútbol.

1 comentario:

  1. El paquete neoliberal completo: circo mafioso para distraer de los verdaderos problemas importantes a una tribuna que cree estar buscando la salvación cuando en verdad lo que persigue es perpetuar la servidumbre. Que algunas mentes brillantes acoliten al coro mediático no hace más que confirmar que la negación deliberada hace parte del libreto de una conciencia incapaz de mediar entre la razón y la pasión de una verdadera feligresía que no deja de serlo por oficiar en torno a un ritual laico.

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